Fototropismo negativo y su influencia en la adaptación a la vida en algunas plantas rupícolas
Estamos elaborando un vídeo con el que pretendemos poner de manifiesto algunas de las adaptaciones que presentan algunas especies de plantas que crecen en ambientes hostiles y “duros” para la vida. Una de esas extraordinarias adaptaciones es la que presentan las diferentes especies de plantas del género Petrocoptis para poder colonizar las grietas de los cantiles y extraplomos calizos de unas pocas áreas en el norte de la península Ibérica (también existen unas pocas poblaciones en la vertiente francesa de los Pirineos). Esta adaptación consiste en la facultad que tiene la flor, una vez que ha sido fecundada, para realizar un movimiento giratorio que acerca las semillas a la roca; Tenéis que pensar que las flores de estas especies de plantas se orientan hacía el exterior de la pared en la que se encuentran. De esta forma son más visibles para los polinizadores que deberán de atraer para que sus óvulos sean fecundados y se formen las semillas. Lo sorprendente es que, una vez que la flor se transforma en un fruto capsular, esta cápsula, por un movimiento dirigido por fototropismo negativo (i.e. escapando de la luz que buscaba en su estado vital anterior como flor), se gira orientándose hacia la pared y liberando las semillas en esta dirección. Con este movimiento, la probabilidad de que estas semillas lleguen a la pared es mucho mayor. A partir de ese momento comienza otro periplo lleno de problemas para estas semillas, ya que deberán de alcanzar una grieta en la pared para conseguir germinar y desarrollarse libres de la competencia con otras especies de plantas. Para eso, las semillas de estas especialistas poseen un estrofiolo de pelos hidratables y mucilaginoso que facilita la adherencia de la semilla a las paredes y proveen a la semilla de una cantidad inicial de agua, imprescindible para la germinación. Pero ésto último, trataremos de representarlo en otro vídeo.